Arrivée à Montpellier

Bonjour mes amis!

Después de un larguísimo viaje de 12 horas en coche (con atasco de una hora incluído) por fin he llegado a Montpellier.

Me resulta imposible explicar con palabras lo que se siente al encontrarse con el lugar que tantas veces he visitado virtualmente, quizá la expresión francesa déjà vu sea la que mejor refleje esa sensación.

Encontramos el apartahotel muy fácilmente gracias al GPS. Se encuentra situado en una zona muy tranquila en el sur de Montpellier, a tan sólo 15 minutos de la Place de la Comedie (centro emblemático de la ciudad).

A pesar del cansancio, nada más llegar decidimos dejar a un lado las ganas de ducharnos y descansar para buscar un sitio donde cenar, ya que las costumbres en Francia son un poco diferentes. De hecho, uno de los pocos restaurantes que encontramos abiertos fue precisamente una taberna española, Los Caracoles, donde pedimos algunas tapas típicas que nos hicieron sentir un poco más en casa.

Después de cenar seguimos caminando un poco más hasta llegar a la famosa Place de la Comedie, y cómo no allí me eché mi primera foto en Montpellier :)

La Place de la Comedie no es sólo la plaza peatonal más grande de Europa, sino también uno de los lugares más bohemios de la ciudad donde se reúnen artistas jóvenes para darse a conocer. De hecho tuvimos la suerte de ver un pequeño espectáculo de breakdance callejero con el que nos divertimos un montón.

Esta mañana ya más descansados hemos estado dando un paseo por el centro de la ciudad. Nos ha sorprendido la cantidad de tiendas y restaurantes de todo tipo que hemos encontrado. En l'Esplanade de Charles de Gaulle, junto a la Place de la Comedie, había un pequeño mercadillo con un aire muy hippie, así que no será la última vez que lo visite ;)

Otra de las cosas que nos ha llamado la atención es el calor tan húmedo que hace aquí. Nos equivocamos al elegir la ropa que traer al viaje y estamos pagando las consecuencias :S

Por eso hemos decidido coger el trenecito turístico de la ciudad para hacer el paseo un poco más llevadero, y la verdad es que ha sido muy interesante ya que en cada vagón hay cascos individuales que pueden programarse en varios idiomas a través de los cuales te van explicando un poco la historia de la ciudad.

Tras el recorrido hemos seguido callejeando hasta dar con una placita llena de restaurantes donde hemos comido bastante bien y a buen precio. Aquí véis lo que yo he pedido, filete de pescado con hojaldre y arroz basmati. De postre, mousse au chocolate maison ^^.

Y esta tarde iremos a dar una vuelta por el Odysseum, un centro comercial enorme con tiendas, restaurantes, cines, etc., donde esperamos poder comprar algo de ropa más apropiada para este clima.

Y estas han sido mis primeras 24 horas en Montpellier. Todavía me siento en una nube, pero al mismo tiempo no puedo evitar acordarme muchísimo de todos vosotros. Me encantaría que pudiéseis estar aquí conmigo...

Hasta la próxima!