martes, 14 de diciembre de 2010

Y llegó la Navidad a Montpellier...

Coucou mes amis!

Aquí estoy de nuevo después de casi un mes de ausencia debido a los exámenes.
Siento que cada vez voy distanciando más en el tiempo las entradas y eso me disgusta ya que este blog fue concebido como una especie de diario para compartir con vosotros mis experiencias en Montpellier. Espero retomar muy pronto la actividad para seguir escribiendo lo que espero que un día sea una guía completa para el estudiante Erasmus, y en realidad para cualquiera que vaya a pasar cierto tiempo en esta ciudad.

Durante este periodo de tiempo debo decir sin embargo que mi vida Erasmus ha perdido gran parte de su interés. Tras conocer precipitadamente la cercanía de los exámenes, lo único que he hecho estas últimas semanas ha sido completar mis apuntes y estudiar para intentar ir lo mejor preparada posible. Aunque parezca increíble tengo mucho que agradecer a la huelga, ya que de no haber habido el bloqueo de la facultad me habría sido imposible ponerme al día.
Los exámenes no me han parecido demasiado duros en cuanto a contenido, pero la manera de evaluar en Francia -las famosas disertaciones- me parece poco objetiva (hablaré de este tema con más detenimiento en entradas posteriores).
Expresarme en francés no me ha costado excesivamente y de hecho tengo esperanzas de aprobar la mayoría, pero hasta dentro de al menos dos o tres semanas no sabré los resultados.

A pesar de los exámenes, mis amigos y yo también hemos tratado de encontrar algún hueco durante el fin de semana para reunirnos y compartir nuestras costumbres navideñas.
El primer domingo de Adviento preparamos vino caliente casero. Es una costumbre centroeuropea para protegerse de los inviernos tan fríos, y lo cierto es que no sólo calienta (entre otros efectos =D) sino que además está buenísimo. Se prepara con vino tinto, zumo de naranja, canela, clavos de olor y miel, aunque se pueden añadir también otras especias.
Junto al vino caliente probamos algunos dulces alemanes y escuchamos villancicos de nuestros diferentes países de origen. Les llamó mucho la atención lo alegres que son los españoles comparados con la solemnidad de los suyos. Tras la merienda repartimos los nombres para hacer un amigo invisible. Este domingo durante la cena de despedida intercambiaremos los regalos.

Además desde el 1 de Diciembre se encuentra instalado en la Place de la Comedie el tradicional Marché de Nöel. Se pueden visitar más de 160 casetitas con todo tipo de productos para degustar y regalar en estas fechas (aunque desde luego no accesibles para todos los bolsillos).

A pesar de no poseer el encanto de los típicos mercadillos navideños de Centroeuropa, no deja de ser todo un placer reunirse con los amigos a beber un vaso de vino caliente acompañado de un crêpe de nutella o de unas castañas asadas, ñam! :D

Por lo demás, esta última semana de vacaciones la estoy aprovechando para descansar y reponer fuerzas. Todos los días salgo a dar un paseo y a disfrutar del sol y de la temperatura tan agradable que continuamos teniendo. Jamás hay excusa para no reencontrarse con los pequeños placeres de la vida como dar un paseo en bicicleta o preparar una comida especial.
Sin embargo ya tengo muchísimas ganas de ir de nuevo a España para pasar la Navidad con los míos. Sólo de pensar en los reencuentros, las comilonas navideñas y la indescriptible sensación de sentirse otra vez en casa me muero de impaciencia!
Por el momento os dejo con un pequeño reportaje fotográfico de Montpellier iluminado por la noche, espero que os guste.





Un abrazo y hasta muy pronto!