jueves, 21 de octubre de 2010

"L'Université Montpellier Sud de France"

Hola a tod@s!

Tras casi dos semanas de inactividad en el blog (el espíritu de la huelga es contagioso) he decidido regresar para contaros cómo es mi universidad, la "Université Montpellier Sud de France".
En realidad hasta hace muy poco existían tres campus diferentes y autónomos: la UM1 (carreras de ciencias sociales y de la salud + INEF), la UM2 (técnicas y tecnológicas) y la UM3 (letras, artes, ciencias humanas y del medioambiente). Sin embargo, desde el 9 de junio de 2009 las tres universidades han decidido coordinar sus fuerzas para crear un único polo de investigación y enseñanza reconocido dentro y fuera de las fronteras de Francia.

Como habréis deducido yo estoy asociada a la UM3 o Faculté Paul Valéry. En esta entrada no pretendo solamente hablaros sobre mi opinión sobre la facultad, sino también aproximaros a la manera de funcionar de la enseñanza superior en nuestro país vecino.

En primer lugar, el sistema universitario francés no puede entenderse sin dos hechos fundamentales que nos remiten a la historia contemporánea del país: la Revolución Francesa y los sucesos de Mayo del 68.
La Revolución Francesa asentó los principios de gratuidad y laicismo que presiden la enseñanza obligatoria en Francia. Este último concepto (el del laicismo) me parece imprescindible si queremos comprender verdaderamente el sistema educativo y la sociedad franceses. Durante toda la enseñanza obligatoria está prohibida la enseñanza de la religión en los centros, y desde 2004 una ley impide a profesores y alumnos portar ningún tipo de símbolo religioso. Ello explica asimismo que la educación pública tenga un peso mucho mayor que la privada (católica en su mayoría).
Lo que más curioso me parece es que, a pesar de este supuesto laicismo, prácticamente la totalidad de las mujeres adultas musulmanas en Francia llevan velo. El por qué os lo dejo a vuestra capacidad de reflexión.

Volviendo a la cuestión del sistema educativo, otra de las aportaciones de los revolucionarios de finales del XVIII fue la extensión del derecho a la educación a las clases más desfavorecidas socialmente. Precisamente el Baccalauréat actual (Prueba de Acceso a la Universidad) es heredero de esta idea ya que, contrariamente a nuestra Selectividad, este examen no proporciona una nota discriminatoria sino que permite, sencillamente, acceder a los estudios superiores. Según esta premisa, todos/as los/as estudiantes pueden acceder a la carrera que desean sin preocuparse de la temida "nota de corte".
Sin embargo y como podréis imaginar, esto conlleva un problema lógico: la saturación de los servicios educativos. Y esta idea nos lleva al segundo concepto histórico que he nombrado: Mayo del 68.
Entre las muchas reivindicaciones que sus protagonistas hicieron, se encontraba la de la desaparición de las desigualdades que continuaban existiendo para algunos colectivos (mujeres, inmigrantes, hijos de la clase obrera) a la hora de acceder a la Universidad.


A partir de los años 70 la Universidad francesa empezó a multiplicar cada año el número de estudiantes matriculados hasta alcanzar cifras elevadísimas de estudiantes de enseñanza superior. Pero, este cambio social se llevó a cabo con las mismas instalaciones y medios que existían cuando el número de estudiantes universitarios era muy inferior.

Para canalizar esta deficiencia que afecta principalmente a especialidades muy demandadas como la Medicina, la Odontología o la Farmacia, así como los estudios de los Grands Écoles, existen los popularmente llamados "Prépas". Los estudiantes de primer año deben pasar al final del curso una prueba de nivel que decidirá si pueden seguir o no con la carrera. Y es en este punto donde la supuesta igualdad del sistema educativo francés se tambalea, ya que suele suceder que sólo las familias de clase media-alta pueden pagar a sus hijos los prépas que determinarán en buena medida quién continúa en la carrera y quién no lo hará.

Así vemos cómo, a día de hoy todavía se aprecian estas deficiencias sociales del sistema educativo francés.




En la imagen superior observáis un plano del campus de mi facultad. Como podéis observar es bastante grande, por lo que me entenderéis si os confieso que las primeras semanas fui incapaz de llegar puntual a ninguna clase.
Existen diferentes bâtiments o edificios independientes donde se desarrollan las clases de las distintas materias (aunque algunas especialidades están derivadas a edificios fuera del Campus por falta de espacio).
También hay seis anfiteatros donde suelen tener lugar los cursos magistrales. Además encontramos la biblioteca, la copistería, una cafetería, el teatro La Vignette y algunos otros edificios con funciones administrativas.
Hasta el momento he dado clase en los edificios A (Filologías), B (Historia), C (Geografía y Arte) D (Polivalente) y en el Anfiteatro E.
En la fotografía podéis ver un aula del Bâtiment C. Como os habréis dado cuenta podría confundirse perfectamente con un aula de instituto. En casi todas las clases hay encerado y unas cortinas muy gruesas. Cuando hace calor las clases se calientan muchísimo debido al sistema de ventanas tan antiguo y la mala ventilación que existe. Además ningún aula está dotada de proyector ni de pantalla, con lo que el apoyo de los PowerPoints brilla por su ausencia.
En estas aulas más pequeñitas suelen tener lugar los Trabajos Dirigidos, ya que las clases se dividen en grupos de 20-30 personas que pueden trabajar con el profesor más intensamente.
En cambio los Cursos Magistrales se dan en los anfiteatros. Ésta es una foto del Amphi E, adonde voy dos veces por semana. Los anfiteatros D, E y F son los más antiguos y los más viejos. Sin embargo sí que disponemos de un proyector y de una pantalla que se halla escondida tras la pizarra.
Una de las cosas que más me impresionó durante mis primeros días en la Paul Valéry fue el estado de los pupitres. Creo que con esta foto cualquier comentario por mi parte sólo reafirmará vuestras propias impresiones.


A estas clases asiste normalmente una media de 100 alumnos que durante 2-3 horas se dedican a copiar lo que dice el profesor. En general es fácil seguir las explicaciones (incluso para mí) y cualquier trabajo o lectura en casa tienen un carácter voluntario, por lo que bajo mi punto de vista (y el de otros muchos Erasmus) el nivel de la educación universitaria francesa es más bajo que el de la de nuestros países de origen.

Una de las cosas que en cambio me ha sorprendido gratamente de esta universidad es la preocupación que existe por integrar a los estudiantes con alguna discapacidad física. Sin ir más lejos, en uno de mis cursos hay un chico sordomudo y durante toda la clase una intérprete de lengua de signos traduce todo lo que el profesor dice exclusivamente para él.

La relación profesor-alumno es cordial pero no cercana, y entre los mismos alumnos no existe demasiada comunicación.
En cuanto a los estudiantes franceses, en general son bastante independientes y casi todos tienen un poco ese aire de los personajes del Cahier d'exercises (^^). En mi facultad, como en toda facultad de letras que se precie, predomina el vaquero, el color negro y el estilo (muy) desenfadado, aunque como ya he dicho de camino a la universidad podemos encontrarnos tanto con hippies y rastafaris, como con chicas que parecen recién salidas de "Sexo en Nueva York".
Aproximadamente hay el mismo número de universitarios que de universitarias y la mayoría son, digámoslo así, "franceses viejos". Sin embargo entre los franceses de religión musulmana hay muchas más estudiantes chicas que chicos.
Otras de las cosas que más me llamaron la atención fue el poder que desde el primer día de clase manifestaron los sindicatos de estudiantes, cuyos representantes están siempre presentes en las reuniones de bienvenida de las distintas carreras. No hay día que no me haya venido a casa con al menos un panfleto de protesta de los muchos que reparten a lo largo de todo el campus los sindicalistas, que en las últimas semanas han intensinficado increíblemente su actividad hasta el punto de bloquear la facultad el pasado martes como queja contra la ley de pensiones que el gobierno está a punto de sacar adelante. De hecho, dada su intención de ocupar la facultad, la dirección de la Universidad ha decidido cerrarla hasta el lunes 25 para evitar daños en las instalaciones y perjuicios a los estudiantes, por lo que hasta ese día estoy de vacaciones.
Esperemos que esta oleada de protestas pase pronto, ya que no sería la primera vez que la facultad permanece cerrada durante meses a causa de una huelga.
Esperando no haberos cansado mucho me despido hasta la próxima.
Un beso a tod@s!!!
À bientôt!

domingo, 10 de octubre de 2010

Una semana en mi vida

Hola amig@s!

Sois muchos los que me preguntáis qué tal me va en Montpellier; cómo es la universidad, cuántas clases tengo al día y si las sigo bien o no; qué tal llevo el francés y si me estoy divirtiendo aquí.
Para resolver todas esas dudas y con el objetivo de que conozcáis un poco mejor cuál es mi rutina en Francia, se me ocurrió escribir esta entrada en la que pretendo contaros un poco qué es lo que suelo hacer cada día de la semana.

Primeramente, tengo que decir que desde que estoy aquí llevo una vida mucho más relajada que antes. No sólo porque cuento con una asignatura menos que en Ciudad Real, sino también porque tengo un horario de clases inmejorable que me permite salir de fiesta por la noche cuando quiero o dedicar la mañana a mis quehaceres. Además, tengo la suerte de que mis profesores NUNCA mandan nada para casa, así que mi trabajo personal es fruto de mi propia inquietud y de mi fuerza de voluntad por mejorar el francés. Los apuntes los cojo siempre en español, como mucho en "françaispagnol", aunque intento anotar los tecnicismos más importantes de cara al examen.

También es importante que os explique cómo funciona la jornada francesa. Normalmente ésta empieza entre las 08:30 y las 09:30 de la mañana. A las 12:00/12:30 se hace una pausa de una hora y media y entonces comienza l'après-midi, un concepto que no deja de ser interesante (yo diría que fundamental) para comprender el modo de funcionar de los franceses. Para los españoles puede ser un poco extraño al principio comprobar que a las doce y media de la mañana todo está cerrado y que nuestra siesta es "la tarde" de aquí, pero conviene acostumbrarse a este horario para poder seguir una rutina normal. A las 13:30 aproximadamente se retoma la actividad hasta las 18:30/19:00, momento en que da comienzo la soir. Entonces, todo el mundo vuelve a casa para descansar y cenar (sobre las 20:00-20:30 a lo sumo).
Como véis, es importante madrugar si uno quiere aprovechar bien el día. Aún así, pienso que los franceses desaprovechan mucho la tarde ya que a las 19:00 es casi imposible encontrar un comercio abierto o siquiera ir a la biblioteca universitaria para trabajar un poco.

Los lunes dispongo de bastante tiempo libre, por lo que normalmente suelo dedicarlos a hacer la compra o a cocinar un par de platos más elaborados para el resto de la semana. A las 17:15 comienza mi única clase del día (Historia de los monoteísmos en la época contemporánea...optativa, -sí, estoy loca-). Cuando salgo es ya bastante tarde (19:00), así que me voy directa a casa a hacer la cena y a arreglarme, ya que los lunes hay fiesta en L'Australien y las cervezas cuestan tan sólo un euro =)

Los martes debo ir al TD ("Trabajos dirigidos") del curso del lunes. Normalmente ésta es la parte más práctica de la carrera y suelen mandar lecturas y trabajos para casa, pero en mi caso hasta el momento sólo hemos leído y analizado algunos textos bíblicos. En general me parece una asignatura interesante, y el único inconveniente es que debo ir a clase justo a la hora de comer (12:15-14:15) por lo que ese día debo tomarme un aperitivo antes y comer a la vuelta (estoy perdiendo el hábito de comer a las 14:30/15:00, sí...).
Por la tarde intengo ir a algún curso de baile de los que organizan algunas discotecas de Montpellier, o si no me conformo con bajar al centro y despejarme un poco.

Los miércoles suponen un descanso ya que mi única clase (13:45-15:00) es en español (Literatura de la España contemporánea). Por la mañana me encanta coger la bici y bajar al centro para comprar algunas verduras y frutas en los mercadillos de barrio, o simplemente para disfrutar del ambiente de la ciudad. Por la noche hay varias fiestas a elegir entre el Macadam (pub irlandés), Cargo (Discoteca latina), Point Zero..., aunque intento no volver muy tarde ya que al día siguiente debo levantarme a las 08:00 de la mañana.

Los jueves son siempre el día más duro de la semana, ya que tengo 6 horas de clase y todas ellas en francés. Sigo sin acostumbrarme a estar 3 horas seguidas (tan sólo descansamos 15 minutos hacia la mitad de cada sesión) copiando y copiando, pero al menos los temas me interesan bastante ("Historia de Europa desde la Ilustración a la caída del Muro de Berlín" e "Historia del mundo moderno a través de los textos y las imágenes"). Además en estas clases he conocido ya a algunos estudiantes de Historia franceses :)
Sin embargo cuando "arrivo a casa" estoy tan agotada que sólo tengo ganas de hablar un poco por Skype e irme a la cama.

Los viernes son en cambio más tranquilos. Mi clase de "Civilización de la España Contemporánea (en español también y complementando a la del miércoles) comienza a las 14:15, así que puedo aprovechar la mañana para ir al supermercado o hacer recados. Después de clase bajo con Sabrina a dar un paseo y volvemos sobre las 19:00 para cenar y ponernos guapas, ya que el viernes es el día de fiesta oficial. Normalmente solemos quedar en la residencia de Sabrina para beber antes de salir y después vamos al Panamá, la discoteca por excelencia de los Erasmus.
El problema es que el último tranvía sale de la Place de la Comedie a las 02:00, con lo que si queremos quedarnos más tiempo nos toca regresar a pie y caminar más de media hora.

Los sábados aprovecho para hacer las tareas del hogar (limpio y ordeno un poco la habitación y las partes comunes, pongo la lavadora y tiendo la ropa y...ya jeje). Generalmente hasta la noche estoy en casa, así que suelo hacer quedadas con todo el mundo por Skype para contarnos qué tal nos ha ido la semana. Por la noche siempre hay alguna fiesta privada en la que nos colamos, o bien vamos al piso que mi amiga Meike tiene justo en la Place de la Comedie para tomarnos algo y luego ir a bailar.

Los domingos pasan por lo general muy tranquilos y un poco solitarios, por eso hemos decidido algunos amigos y yo que a partir de ahora trataremos de cocinar algún plato especial todos juntos para hacerlos un poco más entrañables.


Y así pasa semana a semana mi vida Erasmus. Como todo en la vida, paulatinamente la novedad se convierte en rutina, pero también así te das cuenta de que las personas que forman parte de ella se empiezan a convertir en importantes para tí. Con la mayoría de mis amigos hablo en francés, por lo que estoy notando una gran mejoría con el idioma :)

Espero que os haya gustado, muchas gracias a los que habéis llegado hasta aquí!

Un beso enorme!!!

domingo, 3 de octubre de 2010

Cuisine Erasmus: "Hachis Parmentier"

Bienvenidos tod@s a la "Cuisine de la Petite Colombe"! :)

El otro día aprovechando que tenía la mañana libre decidí experimentar por primera vez con la cocina francesa. Hacía tiempo ya que quería preparar algo típico de aquí para salir un poco de la "triología Erasmus" (pasta-pizza-congelados) y así decidí que el primer plato que intentaría preparar sería el "Hachis Parmentier", una especie de pastel de carne picada y puré de patatas.
La verdad es que es una receta muy sencilla, rica y nutritiva, que además te permite hacer dos raciones como mínimo de una sola vez.



Ésto es lo que necesitáis:

- 350 gr de carne picada.
- 1 sobre de puré instantáneo.
- Un vaso (200 ml aprox.) de leche.
- Una nuez de mantequilla.
- Un bote pequeño de tomate frito (200 gr aprox.)
- Queso rallado.
- 1/2 cebolla.
- 1 diente de ajo, aceite, sal y pimienta.

Elaboración:

- Picamos la cebolla y el ajo muy finos y sazonamos la salsa de tomate (en mi caso ya frita) con sal y pimienta.

- Rehogamos la cebolla con el ajo con un chorrito de aceite hasta que la cebolla esté tierna y un poco dorada.


- A continuación añadimos la carne picada ligeramente sazonada y la cocinamos hasta que deje de soltar agua.


- Añadimos la salsa de tomate y dejamos cocinar todo un poco. Mientras tanto, ponemos en un cazo mediano el vaso de leche junto con la nuez de mantequilla y esperamos a que hierva, momento en el que echaremos el preparado de puré. Removemos un poquito y dejamos reposar para que espese, sin olvidarnos de volver a remover pasados unos minutos para evitar que se formen grumos. Es importante que el puré quede bastante consistente, ya que si nó nuestro pastel se desmoronará.

- Una vez que tenemos los dos componentes básicos del Hachis Parmentier preparados, vamos colocando en una fuente (preferiblemente desmontable) una capa de carne y otra de puré de manera alternativa, aunque también podemos hacer una sola capa de carne cubierta de una capa de puré bastante espesa.


- Rematamos con un poco de queso rallado y lo metemos al horno ya precalentado durante unos 10-15 minutos a 200º en posición alta.

- Y... voilà! Un plato delicioso y fácil de hacer :)
Por supuesto también podemos hacer más sabrosa la carne añadiendo un poco de vino blanco, freír nosotros mismos el tomate e incluso preparar nuestro propio puré de patatas casero. Mi versión del Hachis Parmentier está más bien pensada para bolsillos Erasmus y lo cierto es que no tiene nada que envidiarle a la original.
Espero que os haya gustado la receta!
Bon appetit!